Ale Ruggero

Musicoterapia

“La música no es un objeto. Es un proceso que surge de las relaciones entre los sonidos musicales y la gente que confiere a estos sonidos sus significaciones y valores. Sin gente no hay música.” (Shepherd 1994).

Si dispusieramos de tiempo para analizar las diversas teorías que intentan responder a la pregunta- ¿por qúe la música es terapeutica?– encontraríamos un nexo de unión clave entre todas ellas: la emoción, la capacidad de la música para influir sobre los estados emocionales y provocar sentimientos.

De las diversas definiciones de musicoterapia existentes,  yo tengo mi preferencia por la siguiente, de K.Bruscia:

“La musicoterapia es un proceso constructivo en el cual el terapeuta ayuda al paciente a mejorar, mantener o restaurar un estado de bienestar, utilizando como fuerza dinámica de cambio experiencias musicales y la relaciones que se desarrollan a través de ésta.”

En el marco del trabajo psicoterapéutico, utilizo la música como recurso en las situaciones que reúnan las siguientes características básicas:

  • situaciones de bloqueo de la comunicación interpersonal (inhibición,  problemas de expresión, rigidez, etc.)
  • estados de ansiedad.
  • que sean facilitadas por la relajación y la expresión corporal.
  • que impliquen un proceso previo a la posterior aplicación de una psicoterapia de tipo verbal.

En relación con el último punto mencionado, me he centrado en el trabajo con la “banda sonora vital”. Aprovecho su potencial evocador para facilitar el recuerdo y la expresión de las historias personales cuyo contenido emocional emerge por su asociación con la música de nuestra vida.

Desde hace varios años comparto mi experiencia en este ámbito como profesor de la asignatura de “Musicoterapia aplicada al ámbito social” en el marco del Master en Musicoterapia de la Universidad de Barcelona.

Para acceder a una visión general de la musicoterapia y sus ámbitos de aplicación, puedes consultar el artículo “Musicoterapia-Conceptos generales y aplicaciones terapéuticas“.